¿Qué es el grooming?
El grooming de menores en Internet es un fenómeno que podríamos traducir como engatusamiento y que se utiliza para describir las prácticas online de ciertos adultos para ganarse la confianza de un (o una) menor fingiendo empatía, cariño, etc. con fines de satisfacción sexual (como mínimo, y casi siempre, obtener imágenes del/a menor desnudo/a o realizando actos sexuales). Por tanto está muy relacionado con la pederastia y la pornografía infantil en Internet. De hecho el grooming es en muchas ocasiones la antesala de un abuso sexual.
Ver: Internet-grooming
El acoso sexual de menores en la Red no es algo frecuente. Sin embargo, es perfectamente factible y las consecuencias pueden ser devastadoras. Una vez iniciado el daño es irreparable. Por fortuna, es sencillo de evitar e incluso de contener en los primeros momentos.
Condición necesaria para el acecho sexual en la RedTodo caso de acecho sexual se hace posible porque el acosador dispone de un elemento de fuerza sobre la víctima que pone a ésta en el compromiso de atender las demandas del depredador. Este elemento puede ser de muy diversa naturaleza, si bien el más común es la posesión de alguna imagen íntima que el chantajista amenaza con hacer pública en caso de que no sean satisfechas sus peticiones de índole sexual. Estas solicitudes suelen consistir en el envío de imágenes eróticas por la webcam pero, si hay proximidad, puede llegar a solicitarse un encuentro personal con el grave riesgo que ello implica. En ocasiones, este elemento de fuerza no existe y es la pericia del acosador la que lo crea de manera ficticia y hace creer a su víctima en su existencia.
Condición necesaria para el acecho sexual en la RedTodo caso de acecho sexual se hace posible porque el acosador dispone de un elemento de fuerza sobre la víctima que pone a ésta en el compromiso de atender las demandas del depredador. Este elemento puede ser de muy diversa naturaleza, si bien el más común es la posesión de alguna imagen íntima que el chantajista amenaza con hacer pública en caso de que no sean satisfechas sus peticiones de índole sexual. Estas solicitudes suelen consistir en el envío de imágenes eróticas por la webcam pero, si hay proximidad, puede llegar a solicitarse un encuentro personal con el grave riesgo que ello implica. En ocasiones, este elemento de fuerza no existe y es la pericia del acosador la que lo crea de manera ficticia y hace creer a su víctima en su existencia.
Tanto adolescentes como personas adultas pueden ser víctimas de este tipo de chantaje, sin embargo existe mayor vulnerabilidad en los menores que se ven incapaces de gestionar esta complicada situación, lo que les sitúa a merced del acosador.
Tres fases y diez claves para luchar contra el acoso sexual en la Red
Prevención: evitar la obtención del elemento de fuerza por parte del depredador. Si se evita que el depredador obtenga el elemento de fuerza con el que iniciar el chantaje, el acoso es inviable. Para ello es recomendable:
- No proporcionar imágenes o informaciones comprometedoras (elemento de fuerza) a nadie ni situar las mismas accesibles a terceros. Se ha de pensar que algo sin importancia en un determinado ámbito o momento puede cobrarla en otro contexto.
- Evitar el robo de ese elemento de fuerza para lo cual se debe preservar la seguridad del equipo informático y la confidencialidad de las contraseñas.
- Mantener una actitud proactiva respecto a la privacidad lo que implica prestar atención permanente a este aspecto y, en especial, al manejo que las demás personas hacen de las imágenes e informaciones propias
Afrontamiento: tomar conciencia de
la realidad y magnitud de la situación. Cuando se comienzan a recibir amenazas e
intimidaciones es importante:
- No
ceder al chantaje en ningún caso puesto que ello supone aumentar la
posición de fuerza del chantajista dotándole de un mayor número de
elementos como pueden ser nuevas imágenes o
vídeos eróticos o pornográficos.
- Pedir
ayuda. Se trata de una situación nueva y delicada que conlleva gran estrés
emocional. Contar con el apoyo de una persona adulta de confianza es
fundamental. Aportará serenidad y una perspectiva distinta.
- Evaluar
la certeza de la posesión por parte del depredador de los elementos con
los que se formula la amenaza y las posibilidades reales de que ésta se
lleve a término así como las consecuencias para las partes. Mantener la
cabeza fría es tan difícil como importante.
- Limitar
la capacidad de acción del acosador. Puede que haya conseguido acceso al
equipo o posea las claves personales. En previsión de ello:
- Realizar
una revisión total para evitar el malware del equipo y cambiar luego las
claves de acceso.
- Revisar
y reducir las listas de contactos así como la configuración de las
opciones de privacidad de las redes sociales.
- En
ocasiones, puede ser acertado cambiar de perfil o incluso de ámbito de
relación en la Red (bien sea una red social, un juego online
multijugador…).
Intervención: Las situaciones de acecho sexual rara
vez terminan por sí mismas, siendo habitual la reincidencia en el acoso incluso
en momentos muy distantes en el tiempo. Es preciso no bajar la guardia y llegar
hasta el final para lo cual es conveniente:
- Analizar
en qué ilegalidades ha incurrido el acosador y cuáles pueden ser probadas.
Puede ser inviable probar que el depredador dispone de ciertas imágenes o
informaciones o que las ha hecho públicas. También puede ocurrir que no se
pueda demostrar que esas imágenes fueron obtenidas por la fuerza o
mediante engaño o incluso que se han recibido amenazas. Por todo ello
conviene saber en qué ilícitos ha incurrido o incurre el depredador porque
ello habilita la vía legal.
- Buscar
y recopilar las pruebas de la actividad delictiva: capturas de pantalla,
conversaciones, mensajes… todo aquello que pueda demostrar las acciones
del depredador o dar pistas sobre su paradero o modo de actuar será de
gran utilidad tanto a efectos de investigación como probatorios. Se debe
tener presente no vulnerar la
Ley en este recorrido.
- Formular
una denuncia. Con un adecuado análisis de la situación y elementos de
prueba que ayuden a la investigación el hecho ha de ser puesto en
conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con
independencia de que el acecho hubiera o no remitido. Cada caso es
diferente y la manera de abordarlo también. En determinadas
circunstancias, incluso puede ser recomendable seguir la corriente del
acosador para tratar de identificarle. En otras, la denuncia inmediata a
la policía es la opción más razonable. No obstante, las anteriores son
orientaciones que pueden funcionar bien en la mayoría de los casos y
mientras la policía ofrece su asistencia.
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